Actitud
“Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero a menudo nos quedamos mirando durante tanto tiempo y con tanto dolor la puerta cerrada que no vemos la otra que se ha abierto para nosotros.”
Alexander Graham Bell
Cuántas veces habré oído que cuando una puerta se cierra, otra se abre… y sí, es verdad, la vida es cambio y constantemente nos ocurren cosas, cambios de trabajo, cambio de amigos, cambios de pareja,… Muchas veces nos quedamos tan enganchados a lo que perdemos que no prestamos atención a lo bueno que llega y esto ocurre porque no soltamos lo anterior, porque estamos apegados y tenemos tanta resistencia al cambio… sin contar con nuestra adicción al sufrimiento.
Nos quedamos preguntándonos el porqué me ha pasado esto a mí, y si huera hecho tal cosa o la otra, o cómo ha podido hacerme esto a mí,.. la culpa la tiene él, o la persona que se metió en mi relación. Y así hasta un sin fin de reflexiones y pensamientos tóxicos que nos llevan a sufrir y a sufrir más cada día.
La vida es cambio y nosotros estamos aquí para aprender, todo se mueve y quien intente resistirse a la dirección que ha tomado el mundo va a sufrir mucho y lo va a hacer queriendo. Hemos pasado de vivir en un mundo donde sólo trabajaba el hombre, con un sueldo en casa vivía toda una familia, el trabajo era casi para toda la vida y si te echaban había indemnizaciones que te permitían vivir tranquilo una larga temporada, apenas había divorcios y ahora vivimos en un mundo lleno de incertidumbre donde todo lo anterior casi ha desaparecido.
Ante una misma situación, un despido por ejemplo, hay personas que se hunden pero también hay personas que se reinventan a sí mismas y ven como una oportunidad lo que otros ven como una tragedia.
¿Qué es lo que ha cambiado? La ACTITUD de cada uno ante el mismo suceso.
¿Pero sabéis qué? Que somos nosotros con nuestros pensamientos y nuestra actitud los que más nos hacemos sufrir. La buena noticia es que nosotros podemos gestionar emocionalmente la importancia que le damos a lo que sentimos, nosotros decidimos qué actitud tener ante los acontecimientos de nuestra vida.
Ante una ruptura de pareja, de matrimonio…podemos hacernos las víctimas, echar la culpa al otro y quedarnos en ese sufrimiento enganchados, pero tenemos la opción de coger las riendas de nuestra vida y ver qué parte de responsabilidad tengo yo en esa ruptura, ver qué es lo que hice bien y lo que hice mal, tomar ese aprendizaje e interiorizarlo. Una pareja no sólo se rompe por una parte, se rompe por las dos. Si somos capaces de asumir nuestra parte de responsabilidad y aprender de nuestros errores habremos ganado mucho.
Aprender a soltar, a saber que nada es nuestro, venimos sin nada y nos vamos sin nada. Aprender a sacar lo positivo de vuestras vivencias y llevaros ese aprendizaje.
Hay herramientas que nos ayudan a realizar ese viaje más ligero, a trabajarnos a nosotros mismos para soltar la carga de la mochila que nosotros mismos nos ponemos a la espalda, a cambiar… sólo tienes que querer hacerlo y dar ese primer paso y yo te animo a ello. Si tu cambias, todo cambia.